lunes, 24 de septiembre de 2012

No guns, no killing, no fun

ATENCIÓN: DESTRIPA FINAL
El caballero oscuro: La leyenda renace. (The Dark Night Rises, Christopher Nolan, 2012). 
Última entrega de la trilogía de Nolan sobre Batman. Con el marchamo trágico del psicótico que mata a doce personas en su estreno en Estados Unidos. 
Cuando voy a verla no hay tiros reales. 
El título condensa muy bien lo que sucede. Batman se alza de entre los muertos. Y sobrevive a la muerte (atómica). 
Hubiera preferido, sin embargo, que Bruce Wayne hubiera muerto. Porque si no queda también como “Batman lo deja” o “Batman se jubila” (merecidamente tras una larga y exitosa carrera). Y se va por fin con la chica.
O, más que Batman, Bruce Wayne, pues cede este el personaje a un joven ex-poli, Robin, al que vemos en la baticueva entrenándose para ser el nuevo Batman. 
Por lo demás esta película incide en lo que otras contemporáneas. De un lado, el héroe está claro; y los malos también (de origen árabe: el demoníaco Bane y Melinda/Talia, la hija del "cabeza de demonio" árabe Ra's al Ghul) 
El héroe podría simbolizar una sublimación del impulso agresivo necesaria para minimizar el malestar del individuo en pos de la pervivencia de la civilización. Pero la película se encarga de canalizar todo lo contrario mediante la profusión de efectos especiales que espectacularizan la destrucción y violencia en secuencias que ocupan gran parte del filme, y cuya intención es captar la fascinación del espectador —subyugado por el tam-tam taquicardizante de Hans Zimmer— precisamente por esa misma violencia que el relato podría sublimar. Al final queda un Gotham ruinoso. Que recuerda a la Nueva York de Monstruoso (Cloverfield, Matt Reeves, 2008).   
A ello hemos de añadir lo que de siniestro tiene Batman. Ineludiblemente, su voz,  cercana a la de Darth Vader. Y que recuerda a la voz amortiguada por una máscara del personaje psicopático de su antagonista, Bane. Nombre que, a su vez, remite al propio Wayne. 
El paralelismo entre ambos personajes es estrecho: ambos llevan una máscara: Batman, de boca para arriba, y Bane en la boca, estilo Hannibal Lecter. Ambos son los únicos que consiguen escalar por el túnel de la cárcel (árabe) y escapar así de ella. Ambos son fuertes y musculosos y no utilizan armas. "No guns, no killings" ("Nada de pistolas, nada de matar") es uno de los lemas de Batman, al que responde Seline, su futura novieta: "¿Qué tiene eso de divertido? ("Where's the fun in that?")
¿Es esta una película que encarna a un héroe o una que excita la fascinación por la violencia masiva espectacularizada?¿Es Batman un héroe o un psicópata travestido de bando, también denominable neo-héroe?
No guns, no killing: no fun. ¿No hay algo de Benjamin y Erika Sifrit en Batman y Selina Kyle?


Imagen: James Gillray. (1803). "Bat Catching".


No hay comentarios:

Publicar un comentario