martes, 18 de septiembre de 2012

Redoble de crescendo

La tentación del tiranicidio de las oligarquías político-económicas occidentales —mala hostia elefantiasizada de impotencia— está en la calle. Con la precaución del terreur revolucionario francés que todos hemos estudiado. No hay más que hablar con los empresarios conocidos  del barrio. Curtidos en mil penurias. Y hoy al borde de la claudicación.
Empieza, pues, a haber necesidad para nuestros eximios prohombres -altooligopolistas y metafuncionarios— de una vía franca de huida. Y, ya de paso, de nuevas expectativas de negocio.
No hace falta subvencionar nuevos Iraks: peli serie D sobre Mahoma y otros caramelos emporcinados para que los fachas con turbante con sus decapitadorófilos infantes hagan el resto.
Pero no es suficiente en el wok. El gran Han acreedor también quiere su cuota de potlatch. Corre el riesgo de no cobrar de un occidente en quiebra técnica. Además de quedarse sin mercado, sin crecimiento 10%, y andar sobrado de aspirantes a clase media y remolones Ai Weiweis. 
¿Receta de esferificación bulliyesca laqueada Mei guanxi?: carnaza islote sushi para las masas, crecientemente abstemias del totalitarismo cinco estrellas (wu xing) postMao; reavivamiento del recuerdo de la masacre de Nanjing, una de las más escalofriantes del siglo XX. (De esas que son tabú entre abuelo y nieta; querida Ge Ge, ¿por dónde paras?). Y ya tenemos chinosis y triquichinosis (retransmisión recomendable vía Chinitis lolailo, si la aguanta)  
Zar Putin, mientras tanto, con la caña puesta: en Siria, en Irán, en Wembley-Poloniov....
Total: juego de locos sin trono para los Chamberlaines cómplices de los tronos diamantados de hoy: opción appeasement y opción cruzada resultan en aleya morituri te salutant versión Alahu Akbar.   
Los neoesclavistas de siempre están a punto de volver a hacerlo. 
Desengañémonos: las nuevas armas de destrucción masiva están en la city-medina de Londres y los Wall Street-minaretes. Aguardando a que las traigamos y llevemos a propulsión a odio. 
¡Vamos todos a la gran hoguera ciclo-renovadora de San Huang (di), tralará!


Imagen: James Gillray. (1799). "The State of War or the Monkey-Race in Danger".     

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